¿Es la humildad una virtud o una herramienta de control social en Puerto Rico?
- El Vigia
- Mar 8
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El concepto de humildad ha sido tradicionalmente exaltado como una virtud en la sociedad puertorriqueña, pero en un debate reciente durante el programa Hoy Mismo, transmitido por WPAB 550 AM, el analista Miguel Rodríguez Casellas y el conductor Alfonso Giménez Luchetti cuestionaron si esta cualidad ha sido utilizada como una herramienta para mantener a los puertorriqueños dóciles y desmovilizados.

Rodríguez Casellas argumentó que en Puerto Rico la humildad ha sido elevada a un valor incuestionable, especialmente en sectores históricamente marginados. Sin embargo, alertó sobre cómo este concepto ha sido empleado para frenar la resistencia y la lucha por los derechos, promoviendo una actitud de resignación ante la injusticia. “Nos han enseñado que ser humilde es sinónimo de ser obediente, de aceptar lo que nos imponen sin cuestionar. Pero la realidad es que esa humildad impuesta nos ha impedido organizarnos y exigir cambios reales”, expresó.
El debate tomó un giro sociopolítico al analizar cómo el discurso de la humildad ha sido promovido desde la iglesia, la educación y los medios de comunicación para desarticular movimientos de protesta. Rodríguez Casellas comparó el uso de este concepto con estrategias históricas de control social en sociedades colonizadas y en sistemas de explotación laboral. “La humildad que se nos exige no es la humildad del que actúa con empatía y solidaridad, sino la del que se conforma con lo que le dan y no cuestiona el poder”, añadió.
Por su parte, Giménez Luchetti señaló que esta dinámica se refleja en la política puertorriqueña, donde aquellos que desafían el status quo son etiquetados como parejeros o intelectualoides, términos que buscan descalificar la capacidad de análisis y la resistencia de ciertos sectores. “Si uno piensa diferente, si uno no acepta las narrativas impuestas, inmediatamente te acusan de ser arrogante o conflictivo. Es una manera de silenciar el pensamiento crítico”, comentó.
Otro aspecto clave de la conversación fue la relación entre la humildad y la solidaridad. Rodríguez Casellas enfatizó que, en lugar de una humildad pasiva, Puerto Rico necesita una solidaridad activa y combativa. “No podemos seguir aceptando que la única manera de convivir es siendo sumisos. La verdadera solidaridad se da cuando nos organizamos, cuando entendemos que nuestros pequeños poderes individuales, unidos, pueden convertirse en una fuerza imparable”, afirmó.
El debate dejó en el aire una pregunta crucial: ¿debe Puerto Rico replantearse el valor de la humildad como un ideal social? Para Rodríguez Casellas, la respuesta es clara: “Debemos romper con el mandato de la humildad como sinónimo de docilidad y abrazar la dignidad, la resistencia y la exigencia de un país más justo”.
El análisis ha generado reacciones en la audiencia del programa, con posturas divididas entre quienes defienden la humildad como una virtud necesaria y quienes coinciden en que su uso ha sido manipulado para perpetuar estructuras de poder desiguales. El debate continúa, pero la conversación ha abierto una puerta para repensar cómo los puertorriqueños pueden redefinir su papel en la sociedad desde una postura de mayor empoderamiento y resistencia.
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